domingo, 24 de junio de 2012

La segunda parte de lo que les mencione antes.....

LA DISLEXIA DE DESARROLLO (artículo para docentes) La dislexia de desarrollo es una dificultad del lenguaje que se refleja en el aprendizaje de la lectura y la escritura. No es debida a falta de inteligencia, ni a dificultades visuales ni auditivas. No es tampoco debida a consecuencias de problemas emocionales. Es un trastorno que se transmite genéticamente (requiere de antecedentes familiares). Para diferenciarla de otros trastornos, esta dificultad debe existir desde el inicio del aprendizaje de la lectura y escritura, y debe mantenerse de no mediar un tratamiento adecuado. Incluso, a pesar de recibir el apoyo terapéutico indicado, esta falta de habilidad se pone en evidencia con el transcurso del tiempo de diferentes maneras, incidiendo en el rendimiento en el estudio hasta la edad adulta. Se manifiesta inicialmente en dificultades en lo que se conoce con el nombre de "Conciencia Fonológica".

Llamamos Conciencia Fonológica a la sensibilidad de una persona a la estructura fonológica del lenguaje. Es la habilidad en la que hay que pensar, comparar y manipular los sonidos puestos en palabras.

De una manera más simple, podemos decir que la conciencia fonológica es la posibilidad de reconocer la secuencia de sonidos que integran la palabra hablada, y de comprender que esos sonidos en un determinado orden pueden formar palabras que tienen un significado, logrando así también armar nuevas palabras y compararlas. Es así que cuando esta habilidad no está presente en niños que se encuentran en preescolar, es posible advertir falta de interés por las letras, dificultades para lograr la memoria de palabras, falta de motivación en juegos que impliquen el reconocimiento del sonido inicial de las palabras, el reconocimiento de palabras que riman etc.. A pesar de esto, es frecuente observar que se trabaja con alumnos de 1er. grado, e incluso de preescolar, con el aprendizaje del abecedario, aún cuando estas actividades no han sido ejercitadas.

El reconocer esta falta de habilidad permitirá realizar la detección temprana de los signos de riesgo para el aprendizaje de la lecto-escritura, permitiendo detectar aquellos posibles trastornos específicos de aprendizaje.

Cuando percibimos una lengua, sus unidades se abstraen mediante un complejo proceso que aparentemente no exige un conocimiento analítico explícito de la estructura interna de la misma. Pero al leer y escribir, es necesario que ese conocimiento sea explícito. Tener acceso a la estructura gramatical de la lengua es precisamente comprender que el habla puede segmentarse en unidades, y que los signos gráficos representan esas unidades.

A pesar de que las habilidades de la conciencia fonológica requieren de la discriminación auditiva, van más allá del reconocimiento de que dos sonidos o palabras son diferentes.

Algunos ejercicios para la adquisición de la conciencia fonológica son:

* Rimas.

* La habilidad de separar las palabras en sílabas.

* La habilidad para identificar palabras con el mismo sonido inicial.

* La habilidad para identificar palabras con el mismo sonido final, o la misma sílaba final.

* La habilidad para contar los sonidos que forman parte de las palabras.

* La habilidad para manipular sonidos en palabras. Por ej. decir "foca" sin la "f" inicial. Quitarle la "t" al comienzo de la palabra "tren" y ponérselo al final.
Estos son sólo algunos de los ejercicios que favorecen el desarrollo de la conciencia fonológica, pero es necesario comprender que este es un trabajo que debe ser incluido dentro de otros aspectos a desarrollar para lograr un efectivo aprendizaje que permita el empleo de la lectura y escritura como instrumentos efectivos de comunicación. Ejemplos de esto son el desarrollo de ejercicios de reconocimiento de palabras sin deletrearlas, el completar palabras a las que les faltan letras, el completar oraciones a las que les faltan palabras, el lograr una adecuada anticipación atendiendo a indicadores del texto, el reconocimiento de la organización de las ideas y su secuencia, etc..

No se aconseja atender en un principio a la velocidad de la lectura y escritura, sino a lograr entender la finalidad de este aprendizaje que nos permite recibir y transmitir información. Este objetivo que parece ser tan obvio, es el que muchas veces no está presente en la enseñanza de este instrumento de la comunicación, tan necesario para la educación.
No se debería calificar la posibilidad de manejar este instrumento, si el alumno no ha recibido la atención adecuada y no se ha trabajado con actividades específicas.
Este es un derecho de todos los niños. Aprender de acuerdo con sus posibilidades. El éxito de todos los niños es el mejor estímulo para lograr la motivación por aprender. El esfuerzo debe ser premiado.
Nadie haría una torta por segunda vez, si la primera no fue ni siquiera probada.

Dra. Isabel Galli de Pampliega

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